
Si retrocedemos hasta nuestro más tierno Bachillerato y recordamos los tres principios que regían estas leyes, observaremos cómo los expertos se empeñan en aplicarlos a nuestro sistema económico, cual cuerpo, para intentar resolver los problemas relativos al movimiento del mismo.
De la Primera Ley, la de la inercia, cabe destacar el hecho de que los cuerpos en movimiento uniforme y rectilíneo están sometidos constantemente a fuerzas de roce o fricción que los frena de forma progresiva.
La Segunda Ley, la de la fuerza, tal vez sea la más difícil de aplicar a la economía porque trata de explicar el cambio de dirección del movimiento al aplicar estas fuerzas de roce.
También decir que profesionalmente me alegra saber que mis esfuerzos no van mal encaminados, qué coño!
La Tercera Ley, la de la acción y reacción es lo que está ocurriendo actualmente en el panorama económico: por cada fuerza que actúa sobre un cuerpo, éste realiza una fuerza de igual intensidad y dirección pero de sentido contrario sobre el cuerpo que la produjo.
Y yo me pregunto si los expertos no se estarán equivocando de Teoría y tal vez podrían arrojar un poco más de luz a esta crisis si el planteamiento matemático fuera otro. ¿Por qué tanto empeño en que el movimiento de los cuerpos tenga que ser necesariamente constante y lineal? ¿No podría tratarse de movimientos en espiral de profundidad y que desembocaran en un gran agujero negro? Tendríamos que consultar a Stephen Hawking, pero en principio parece que un agujero negro, o puerta a otra realidad, se crea a partir de un colapso...y una espiral, con su efecto desagüe, acaba inevitablemente colapsando, no?
Ahí queda...